Wedding at Molino del Duque, Manilva | Gina & Barty

Gina and Barty chose Molino del Duque in Manilva —just a short drive from Marbella, on Spain’s sun-kissed Costa del Sol— as the setting for their wedding. A venue full of history, whitewashed patios, fountains, and that unmistakable Andalusian charm that makes it such a magical place for a destination celebration.

From the morning preparations to the last dance, the day unfolded naturally: laughter, emotion, meaningful glances, and moments that seemed to pause time. The light, the colors, and the relaxed atmosphere made everything flow with authenticity and heart.

A huge thank-you to Charlotte from A Hand in Marriage for her warmth, professionalism, and for making everything feel so effortlessly coordinated. Working with her was a true pleasure — she has that rare ability to be everywhere without ever intruding, ensuring that every detail falls perfectly into place.

And of course, a special mention to María, my second photographer for this wedding. Her eye and sensibility always bring a unique perspective — full of balance and emotion. Having a second photographer adds real value: it allows us to capture those subtle, in-between moments that complete the story and make it feel truly alive.

Thank you, Gina and Barty, for trusting me with your memories and allowing me to be part of such a special day.

Here are a few moments from this beautiful wedding at Molino del Duque.

Gina y Barty eligieron Molino del Duque, en Manilva —a pocos minutos de Marbella, en la soleada Costa del Sol—, como escenario para su boda. Un lugar lleno de historia, con patios blancos, fuentes y ese encanto andaluz que lo convierte en un rincón mágico para celebrar un destino tan especial en el sur de España.

Desde los preparativos hasta el último baile, el día se desarrolló de forma natural: risas, emoción, miradas cómplices y momentos que parecían detener el tiempo. La luz, los colores y el ambiente relajado hicieron que todo fluyera con autenticidad y mucho corazón.

Quiero dar las gracias a Charlotte de A Hand in Marriage por su cercanía, profesionalidad y por hacer que todo se sintiera tan bien coordinado. Trabajar con ella fue un verdadero placer; tiene esa rara habilidad de estar siempre presente sin imponerse, logrando que cada detalle encaje con armonía.

Y, por supuesto, un agradecimiento especial a María, mi compañera en esta boda. Su mirada y sensibilidad aportan siempre un punto de vista diferente, lleno de intención y equilibrio. Contar con un segundo fotógrafo es un verdadero valor añadido: permite capturar lo que a veces sucede entre líneas, esos pequeños gestos que completan la historia y la hacen aún más real.

Gracias, Gina y Barty, por confiarme vuestros recuerdos y dejarme acompañaros en un día tan especial.

Aquí os dejo algunos fragmentos de esta preciosa boda en Molino del Duque.

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